Para Isabel Fontanarrosa, el salto del vóley al rugby significó mucho más que un cambio de deporte: implicó una reconfiguración completa de su mentalidad y de sus estrategias nutricionales.
Con la autoridad que le confiere su experiencia como ex jugadora y su rol actual a cargo del gimnasio de Tucumán Rugby, subraya la seriedad con la que los deportistas deben abordar la alimentación, especialmente aquellos que aspiran a la élite. "Se lo tienen que tomar muy en serio; más si apuntan al alto rendimiento", sentenció.
La nutrición, en la visión de Fontanarrosa, no es un concepto estático, sino una estrategia dinámica que se adapta a los diferentes momentos de la temporada y a los objetivos específicos. "El foco en la nutrición debe ser constante, pero hay momentos en los que las estrategias nutricionales tienen que ver con el momento del año, de la competición y de los macrociclos", explicó. "Se puede hacer una carga de hidratos de carbono antes de un partido o una recuperación proteica después", ejemplificó.
El cambio en la vida deportiva de Fontanarrosa
La transición del vóley al rugby y la necesidad de ganar masa muscular, obligó a Fontanarrosa a implementar cambios significativos en su dieta. "Si juego rugby necesito, por mi puesto, tener más músculo y ser un poco más pesada. Ahí tengo que hacer una dieta hipercalórica", indicó la rugbier que se formó en Cardenales. "En cambio, si voy a correr una maratón, debo tener una reservas de energía y tener otro tipo de alimentación", comparó.
Fontanarrosa también destaca la importancia de la nutrición en deportes con categorías de peso, en los que la estrategia se centra en mantener la masa muscular y reducir la grasa corporal. "Si voy a hacer un deporte en el que tengo que dar un peso determinado, también debo mantener y equilibrar una masa muscular y bajar mi masa grasa. Las estrategias se tienen en cuenta de manera constante, pero hay que incluir descansos para descansar la cabeza y poder liberarse de estar constantemente pensando en qué comer, qué tomar", resaltó.